La creación colectiva como refugio
Como ya señalamos, ambas e-migraciones han consistido en exploraciones (directas o mediadas), de sitios urbanos olvidados, casi perdidos en la memoria de la ciudad. Lugares que sin embargo guardan secretos de su pasado remoto o reciente. De igual manera, han tenido un carácter experimental y se han centrado en la realización colectiva como forma de reconocimiento, creación y comunicación. Suerte de derivas contemporánea, a las que hemos llamado e-migración urbana por su vinculación con el campo de la comunicación a través de internet y de sus redes sociales y por su estrecha vinculación con la ciudad.
En esta segunda e-migración, el descubrimiento de la cueva impuso su fuerte espacialidad a la creación y la búsqueda de un resultado fue más determinante. La exploración que llevó hasta la cueva fue similar, aunque más corta que para la primera e-migración urbana y la creación e improvisación se centraron sobre todo en el último tramo, en la acción performativa de cierre.
La experiencia realizada en taller fue generada a partir de la información/comunicación enviada por los e-migrantes que llevaban a cabo el reconocimiento, la interpretación y creación en el sitio. A su vez, funcionó como estímulo para los e-migrantes, garantizando la mencionada retroalimentación.
En este caso contamos con otro grupo: “en taller galería” que funcionó de forma similar al anterior. Formado por tres artistas portugueses, de la Galería Salgadeiras (Lisboa), portadores de otra cultura y lengua, dio a la experiencia una dimensión más compleja. Estamos especialmente agradecidos a la formalidad y profesionalidad de la galerista y los artistas, así como a la generosa creatividad de los últimos.
